Curiosamente, aunque dicen que en el fútbol el portero es el que mejor ve lo que pasa en el campo, pocos son los guardametas que dan el salto al banquillo. Uno de ellos es Walter Zenga, histórico del Inter, Sampdoria y selección italiana en la década de los ochenta y noventa.
Ganador de dos Copas de la UEFA, un Scudeto y una Supercopa de Italia con los "Nerazzurri", acumuló honores individuales, pero se le escapó un título con la selección italiana.
Después de su dilatada trayectoria en Italia Zenga decidió "cruzar el charco" para vestir la zamarra del New England Revolution entre 1997 y 1999.
En Massachussets tuvo su primer contacto con la dirección de equipos, pero decidió continuar esta nueva etapa en Milán, dirigiendo a un conjunto amateur de Milán, el Brera.
Esos primeros escarceos desembocaron en su primer contrato serio, con el Nacional de Bucarest rumano, en donde llegó a dirigir encuentros en la Copa de la UEFA y terminó en la octava plaza liguera en la temporada 2002-2003. No terminó su segunda campaña, siendo cesado en diciembre de 2003.
Poco tardó en encontrar trabajo. En julio de 2004, a pocos días del inicio de la liga rumana, era contratado ni más ni menos que por el Steaua, tras la sorprendente renuncia de Victor Piturca. Con el todavía jugador Dorinel Munteanu como asistente. Pese a hacerlo muy bien en Europa, llegando a octavos de la UEFA tras eliminar al Valencia, la eliminación ante el Villarreal y el despegue de la Politécnica de Timisoara en la cabeza de la liga provocaron la destitución del italiano el 19 de mayo de 2005.
Ese verano cambiaba Rumanía por Serbia para comprometerse con el Estrella Roja de Belgrado, liderando a los rojiblancos al doblete Liga-Copa.
Pese a ese éxito al año siguiente cambiaba de aires para viajar a Turquía, donde se puso al frente del nuevo proyecto del Gaziantepspor, pero después de un pobre arranque en Liga (5 victorias en las primeras 17 jornadas ligueras), abandonó el club en enero de 2007.
Aceptó una oferta del Al-Ain de los Emiratos Árabes Unidos, pero cinco meses después dejaba este exótico club para retornar a la liga rumana.
En septiembre de ese mismo año aterrizaba en el Dinamo de Bucarest para reemplazar a Mircea Rednic, pero su aventura acabó pronto. Dos meses después de su nombramientos una derrota por la mínima en el derbi ante el Steaua volvía a impedirle terminar la temporada.
Tras un tiempo como comentarista de la RAI, Zenga volvió a los banquillos el 1 de abril de 2008, sustituyendo a Silvio Baldini en el Catania. Con apenas un mes de temporada por disputar, salvó al equipo del descenso y estuvo a punto de sorprender a la Roma y meterse en la final de la Copa de Italia.
Su contrato se amplió, y todo pintaba bien para el ex-guardameta, con un especial hincapié en el balón parado que le valió buenos resultados en la primera parte del campeonato, completando la mejor temporada en puntos de los sicilianos. Pese a todo, el final del campeonato supuso su salida de la entidad de mutuo acuerdo.
El 5 de junio de 2009, después de ser relacionado con la Lazio, estampó su rúbrica en un contrato con el Palermo, sorprendiendo al ligarse al rival directo de su anterior club. Pese a arrancar con victorias en Copa y Liga, poco a poco los resultados empeoraron y un empate ante precisamente el Catania fue el último clavo en el ataúd de Zenga, que fue cesado el 23 de noviembre.
Otra vez tocaba hacer las maletas. El 11 de mayo del año pasado era presentado como nuevo técnico del Al-Nassr saudí, pero sólo duró dieciseis partidos ligueros. Despegado de la cabeza liguera, los dirigentes del cuadro de Riad decidían dejar de contar con los servicios del transalpinos aprovechando el parón del mes de diciembre, apostando por Dragan Skocic.
Esa ha sido, hasta ahora, la última experiencia de Zenga, que aspira a seguir dirigiendo desde el banquillo como lo hizo desde la portería en su época como futbolista en activo.
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