miércoles, 2 de febrero de 2011

Georghe Hagi



Historia viva del fútbol rumano, Hagi sigue siendo uno de los deportistas más famosos de este país casi una década después de abandonar los terrenos de juego. Cuartofinalista con Rumanía en el Mundial 94, jugó en los dos grandes de España antes de pasar sus últimas cinco campañas en el Galatasaray turco.
Esa popularidad hizo que sin ningún tipo de currículum fuera nombrado seleccionador de Rumanía para sustituir a Ladislau Bölöni. Su único buen resultado fue la victoria a domicilio en Hungría, y tras no conseguir la clasificación para el Mundial de Corea y Japón fue destituido, apenas seis meses después de su contratación.
Su fulgurante carrera se paralizó hasta julio de 2003, cuando volvió a Turquía para dirigir al Bursaspor. El equipo se movió en la parte baja de la clasificación, lo que empezó a poner en duda su continuidad en el cargo. La derrota ante el Genclerbirligi a finales de febrero, que dejaba a los de Bursa a cuatro puntos de la salvación provocó la salida del club del "Maradona de los Cárpatos".
Nuevamente fue su fama la que le permitió sentarse nuevamente en un banquillo. Sustituyó a Fatih Terim en marzo de 2004, pero no pudo reconducir el rumbo de los "leones", que acabaron sextos en liga. Se desquitó en su segundo año, ganando la Copa al vencer al Fenerbahce por un espectacular 5-1, aunque en la Superlig sólo acabó tercero.
El Steaua le quiso fichar en el verano del 2005, pero tras no llegar a un acuerdo económico, decidió convertirse en el mánager de la Politécnica de Timisoara, aunque sólo duró unos pocos meses en el puesto. Por si fuera poco, firmar por este club le costó que se quitara su nombre del estadio de Constanza, su distrito natal.
Desde ese momento no volvió a pisar el césped de un estadio como entrenador hasta junio de 2007, cuando por fin cumplió su sueño de hacerse cargo del Steaua. Pero el sueño se convirtió en pesadilla: malos resultados, numerosas lesiones y los continuos choques con el polémico propietario del club, Gigi Becali, terminaron por romper el idilio entre Hagi y Steaua apenas dos meses después de comenzar. Su renuncia tuvo lugar tras la derrota en el debut en Champions ante el Slavia de Praga.
Esa desilusión hizo que Gica volviera a centrarse en otras ocupaciones, pero el despido de Frank Rijkaard
del Galatasaray a finales del año pasado hizo que el rumano no pudiera negarse a entrenar a uno de los equipos de su vida. El 22 de octubre era presentado con  su antiguo compañero Tugay Kerimoglu como asistente. Debutó con un empate a domicilio frente al Fenerbahce y una victoria ante el Antalyaspor, pero poco a poco el "efecto Hagi" se ha ido diluyendo, ya que el Galatasaray está en una sorprendente y decepcionante décima posición, por lo que solo un milagro avalará su continuidad en el cargo.

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