jueves, 24 de febrero de 2011

Marius Lacatus



El máximo goleador de todos los tiempos con el Steaua en competiciones europeas abandonó los terrenos de juego en el año 2000 dejando un recuerdo imborrable en los aficionados del cuadro "militar", que disfrutaron de su juego durante dos etapas distintas. También las hinchadas de Brasov, Fiorentina, Oviedo y National de Bucarest tuvieron la oportunidad de ver en acción a Marius Lacatus, que acumuló además ochenta y cuatro participaciones con el combinado nacional rumano.
A pesar de todos esos logros, por lo que pasó a la historia es por ser parte del equipo del Steaua que se hizo con la Copa de Europa en 1986 al derrotar en la tanda de penaltis al Fútbol Club Barcelona.
Sin apenas tiempo para asumir su condición de ex-futbolista el de Brasov se incorporó al cuadro técnico de su último equipo como profesional, el Nacional de Bucarest, como asistente.
Su siguiente paso llevó a nuestro protagonista a un destino poco común, Panamá. En abril de 2001 se incorporaba al grupo de trabajo del nuevo seleccionador centroamericano, Mihai Stoichita. Con los "canaleros" siguió aprendiendo los secretos del oficio, hasta que en febrero de 2002 retornaba a  Rumanía.
Lo hacía para debutar en tareas de primer entrenador haciéndose cargo del Otelul Galati en sustitución de Victor Rosca. Agotado su contrato de seis meses era hora de encaminarse a su ciudad natal, Brasov. Allí permaneció durante año y medio (compaginó su cargo con el de auxiliar en la selección rumana), hasta que mediada su segunda temporada dimitió de su cargo para fichar por el Ceahlaul Piatra Neamt.
Nuevo año y nuevo equipo, el Inter Gaz de Bucarest. Otra vez duraba poco en el puesto, ya que los malos resultados llevaban a su dimisión en abril de 2005.
Ese mismo año fue nombrado presidente del Steaua, pero no estuvo mucho tiempo en el cargo, ya que siempre prefirió el terreno de juego a la oficina. En el verano de 2006 hacía las maletas con destino a Arad, con el que conseguía la permanencia de forma holgada. No terminó su segunda campaña, porque el 28 de octubre de 2007 se anunciaba se anunció su fichaje como entrenador del Steaua para suplir a Massimo Pedrazzini. Desde la octava plaza inició una espectacular remontada que llevó a los suyos a hacerse con el subcampeonato, aunque a mucha distancia del Cluj.
Compensó ese sinsabor clasificándose para la fase de grupos de Champions eliminando al Galatasaray gracias a un tanto de Nicolita. Sin embargo, a partir de ahí la cosa empeoró y con una mala racha en liga, la abultada derrota europea ante el Olympique de Lyon (3-5) provocó su cese el 22 de octubre de 2008.
Cosas de la vida, apenas dos meses después de haber prescindido de sus servicios Gigi Becali volvió a acordarse de él para afrontar con el Steaua lo que quedaba de temporada. No fue una buena decisión, ya que no consiguió terminar el año, siendo cesado el 18 de mayo de 2009.
En septiembre de ese mismo año desembarcó en el Vaslui, al que dejó en tercera posición, alcanzando plaza de Europa League. A pesar de haber logrado el mejor resultado de la historia del club, decidió no seguir después de caer por 5-4 en la tanda de penaltis de la final de la Copa de Rumanía ante el CFR 1907 Cluj.
El rumano tenía decidido irse a Oviedo para que su hija estudiara en España. Pero sus planes fueron trastocados después de que Ilie Dumitrescu renunciara al banquillo del Steaua. Lacatus aceptó el reto el 27 de septiembre de 2010, debutando con un empate (3-3) en la fase de grupos de la Europa League contra el Nápoles, en un partido donde sus jugadores se dejaron remontar un claro 3-0.
El Steaua quedó finalmente apeado de la competición continental, por lo que ahora mismo su objetivo se centra en meterse en la final de Copa (jugará la semifinal ante el Brasov) y en luchar por remontar en liga. Ahora mismo los militares están quintos, aunque sólo a cinco puntos del segundo lugar que daría la posibilidad de disputar la fase previa de Champions League. A partir de este fin de semana, con la reanudación de la competición, veremos si Lacatus y sus hombres pueden reverdecer laureles y demostrar que a la tercera va la vencida.

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