Sin duda uno de los talentos del fútbol suizo de los años noventa, la carrera de Ciriaco Sforza está ligada, además de a la selección helvética, a tres equipos: el Grasshopper, el Kaiserslautern y el Bayern Munich. Con los bávaros conquistó títulos, mientras que en el cuadro renano jugó sus últimos partidos hasta su retirada a finales de 2005.
La tormentuosa finalización de su contrato con los "diablos rojos" hizo que se planteara muy seriamente sacarse el carnet de entrenador, algo que consiguió en pocos meses.
Su nombre seguía siendo respetado en Suiza, y el Lucerna fue el primero en ofrecerle su banquillo al verano siguiente. En su temporada como "rookie" eludió el descenso con solvencia, aunque su mejor nivel lo dió en Copa, cediendo por la mínima en la final ante el Basilea.
Ya en su segundo año mejoró las prestaciones en liga, acabando sexto, aunque en la competición del K.O. sus pupilos eran eliminados en octavos por el Thun.
Parecía que no podía haber dos sin tres, pero las cosas no iban a ser nada fáciles para Sforza. Tras cinco jornadas, la derrota ante el Aarau provocaba su destitución, siendo sustituido por Jean-Daniel Gross cuando el Lucerna era colista.
Ese cese podía frenar su carrera, aunque la sorpresa se dió en junio de 2009 cuando el Grasshopper le encargaba su nuevo proyecto. Con los de Zurich conseguía plaza europea al finalizar tercero, aunque en Copa el Lugano les dejaba fuera a las primeras de cambio.
Esta temporada se inició con la eliminación en la clasificación para la Europa League ante el Steaua, lo que se ha unido a un mal juego en Liga que ha colocado a su equipo como farolillo rojo de la competición doméstica cuando sólo quedan tres jornadas por disputar, con lo que tendrá que remontar los tres puntos que le separan del Neuchatel, que ocupa ahora mismo la última plaza que da derecho a continuar en la Superliga.
No hay comentarios:
Publicar un comentario