Lateral derecho salido de la cantera de Steaua de Bucarest, en 1994 saltó a Inglaterra para jugar en el Sheffield Wednesday, Chelsea, Bradford y Southampton, regresó posteriormente a su país para jugar en el Nacional de Bucarest, donde en 2003 acabó su carrera de futbolista profesional.
Al año siguiente se estrenó en el banco en otro de los equipos de la capital rumana, el Rapid, aunque apenas duró en el cargo cuatro meses.
Esa efímera experiencia tuvo su continuidad con año y medio al frente del Sportul Studentes antes de que en enero de 2006 el campeón polaco, el Wisla de Cracovia, contratara sus servicios para sustituir a Tomasz Kulawik. Con él al frente se consiguió el subcampeonato liguero, aunque un pobre arranque de la siguiente temporada, y la derrota en UEFA ante el Iraklis, provocó su cese en septiembre de ese año.
No tuvo tiempo de asumir esa mala noticia, ya que apenas una semana después volvía a Rumanía para fichar por un recién ascendido, el Unirea Urziceni, al que situó en décima posición en su debut. Su segundo año fue el de la explosión del equipo, que fue subcampeón de Copa y quinto en liga, logrando billete europeo.
Fue su momento, y se consideró su nombre para dirigir al Steaua, aunque el nombramiento para ese cargo de Dorinel Munteanu hizo que continuara en el Unirea. Y no se equivocó, porque al final de ese año alzó su primer título liguero, inaugurando también el palmarés del club.
Ese trofeo le daba la opción de estrenarse en Champions, donde los rumanos se quedaron a las puertas de conseguir el pase a la siguiente ronda: sólo un punto les separó del Stuttgart. Pese a ese éxito, Petrescu renunció al cargo en los últimos días de 2009 para enrolarse en el Kuban Krasnodar ruso.
Tenía un difícil reto: devolver al Kuban a la Premier, algo que ha conseguido de forma más que sobrada hace apenas dos semanas, lo que ha provocado que vuelva a vinculársele con clubes de mayor calado, entre ellos el Dinamo de Moscú.
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