Los buenos aficionados al fútbol recordarán a este centrocampista germano-turco, que destacó tanto por su fútbol (llegó a jugar en los dos equipos de Milán, en el Galatasaray y en el Werder Bremen), como por el estrafalario peinado que presentó durante el Mundial de Corea y Japón 2002. Ümit Davala formó parte de ese combinado otomano que sorprendentemente se hizo con la tercera plaza final tras ganar por 3-2 a Corea del Sur en la final de consolación. En la cita mundialista nuestro protagonista llegó anotar dos goles, uno a China en el Grupo C, y otro a Japón en octavos de final.
Pues bien, tras una larga carrera una lesión de cadera sufrida en octubre de 2005 resultó demasiado difícil, y más tras la pausa de invierno de la temporada 2005/2006. El Werder Bremen, su equipo de por entonces, le concedió la carta de libertad, y Davala optó por retirarse del fútbol profesional.
No tardó en volver a la competición, aunque esta vez practicando fútbol sala, llegando a convertirse en el capitán del equipo nacional de Turquía en la Eurocopa de este deporte.
Davala fue el entrenador nacional de Turquía sub-21 hasta junio de 2008. Sustituyó en el puesto a Ünal Karaman, aunque no fue capaz de clasificar al equipo para el Europeo de la categoría a celebrar en Suecia al año siguiente.
Se incorporó al Galatasay, como asistente de Michael Skibbe, el 11 de junio de 2008. Después de una derrota ante Bursaspor la directiva del equipo declaró la necesidad de "cambios radicales". Como consecuencia de estas palabras, y después de una charla con el presidente del club Adnan Polat, se produjo el despido de los dos ayudantes del técnico alemán, Davala y Edwin Boekamp ese 10 de octubre.
Desde entonces no se le conoce ninguna otra vinculación con los banquillos.
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