Nacido en Darwin hace 46 años, Frank Farina es parte fundamental en la historia más reciente de la selección australiana de fútbol, con la que disputó 67 partidos, anotando 14 goles.
A nivel de clubes, este delantero no se limitó a su isla, sino que viajó por Bélgica, Italia, Inglaterra, Francia antes de retornar a Australia para retirarse en los Marconi Stallions allá por 1999.
Tres años antes ya había descubierto su interés por entrenar, compaginando labores de técnico y jugador desde su regreso a casa.
En los Brisbane Strikers debutaba por la puerta grande, logrando el título de la National Soccer League, aunque en su segundo año las cosas no le rodaron tan bien.
Después de esta experiencia, Farina volvió a Sydney para dirigir y formar parte de la plantilla de los Marconi Stallions durante una sola temporada, en la que colocó a los suyos cuartos de la NSL.
En agosto de 1999 hacía historia, convirtiéndose en el primer entrenador nativo que dirigía a los "socceroos". Se estrenaba ni más ni menos que con un doble amistoso ante Brasil: el primero de ellos acabó con victoria carioca, mientras en el segundo los australianos dieron la sorpresa al empatar a dos con el tetracampeón del mundo en Melbourne.
Tras varios encuentros su primer triunfo lo consiguió a finales de febrero de 2000, venciendo a Hungría por un claro 3-0.
Esos amistosos sirvieron para preparar la Copa de las Naciones de Oceanía, donde los australianos apabullaron a las Islas Cook (17-0) y a las Islas Salomón (6-0) antes de eliminar a Vanuatu en semifinales por la mínima y ganar la final a Nueva Zelanda por 2-0, con tantos de Shaun Murphy y Craig Foster. Este título abría los suyos la posibilidad de jugar la Copa Confederaciones del año siguiente.
Entre medias llegó la fase de clasificación para el Mundial, donde los "socceroos" lograron el pase a la siguiente fase de forma cómoda al liderar el grupo I.
A finales de mayo dejaron de lado el camino a la fase final mundialista para centrarse en la Copa Confederaciones, donde los de Farina sólo cedieron en semifinales ante Japón tras haber hecho historia al derrotar a México y Francia. En la final de consolación esperaba Brasil, y los oceánicos escribían una página de oro en la trayectoria del equipo nacional ganando a los sudamericanos con un gol de Shaun Murphy.
De vuelta a la clasificación para la Copa del Mundo, y tras dejar en el camino a Nueva Zelanda, Uruguay esperaba en la eliminatoria clave para ir a Corea y Japón. Tras ganar 1-0 en casa, los australianos no fueron capaces de defender su renta tras caer 3-0 en Montevideo.
Sin Mundial, la Copa Oceánica volvía a convertirse en un reto, pero esta vez no se pudo repetir título al caer por la mínima ante Nueva Zelanda en el encuentro decisivo.
A pesar de no tener competición oficial, 2003 trajo una nueva hazaña para Australia, venciendo a domicilio a Inglaterra en Upton Park con un 1-3 que firmaron Popovic, Kewell y Emerton.
Al año siguiente volvía a abrirse el ciclo mundialista, donde los socceros caminaron con paso firme, algo que continuó al alzar un nuevo trofeo de la Copa Oceánica.
De nuevo inmerso en la Copa Confederaciones, la competición que le había dado la fama a él y a su equipo, las derrotas ante Alemania, Argentina y Túnez aumentaron la presión sobre Farina, que renunciaba al cargo el 29 de junio de 2005, dejando un balance de 18 victorias, 5 empates, y 8 derrotas.
De vuelta al fútbol de club, los Brisbane Roar contaron con el ex-seleccionador para afrontar la temporada 2006-2007, en la que consiguió escalar hasta el quinto puesto final.
En la Pre-Season Cup los Roar acabaron terceros, mientras en Liga se metieron en los play-off por el título, cediendo sólo en semifinales.
Repetían en la fase final al año siguiente, aunque nuevamente se quedaban a un paso de jugar la final.
El inicio de la temporada 2009-2010 fue desigual, pero todo se vió emborronado por los problemas personales de Farina, que fue suspendido y posteriormente despedido por sus problemas con el alcohol en octubre de 2009.
Tras año y medio apartado de los banquillos el pasado 12 de febrero se convirtió en el seleccionador que debe dirigir a Papua Nueva Guinea en los próximos Juegos del Pacífico Sur tras cuatro años sin actividad del equipo nacional.
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