Ahora que el Barça de Pep Guardiola ha vuelto a demostrar su dominio exultante, merece la pena mirar no sólo a los jugadores que salen de La Masía, sino también a la cantera de entrenadores que se está desarrollando en Can Barça.
Nuestro protagonista hoy es Luis Enrique, de sobra conocido para los aficionados por su paso por los grandes de nuestro fútbol y por su entrega y coraje vistiendo la camiseta de la selección española. De hecho, los que ya tienen una edad nunca podrán olvidar las imágenes del asturiano sangrando y llorando tras el codazo de Tassotti en las semifinales de EEUU 1994, o las lágrimas de alegría dos años antes al lograr la medalla de oro olímpica en Barcelona.
Quince años después de su debut en Primera División, allá por 1989, "Lucho" dejaba los terrenos de juego con un "botín deportivo" nada despreciable: sólo la Copa de Europa, la Intercontinental y la UEFA se le resistían a nivel de clubes. Con la "Roja" Luis Enrique sumó tres participaciones mundialistas y una en la Eurocopa, aunque se retiró con el mal sabor de boca de no participar en los honores que han conseguido los nuestros en los tres últimos años.
Después de jugar su último partido ante el Racing, decidió alejarse del mundo del fútbol para dedicarse a algunas de sus aficiones como el surf o el marathon.
Dedicado de lleno a las competiciones de ultrafondo, sus planes se alteraron en el verano de 2008 con la llamada del Barça para hacerse cargo del filial, que acaba de ascender con Guardiola a la Segunda División B tras varios años a la deriva de los jóvenes culés.
El pase de Pep al primer equipo daba la oportunidad al novato Luis Enrique, que no pudo lograr el pase a la fase de ascenso a Segunda por un solo punto.
Sí consiguió ese propósito al año siguiente, tras terminar la temporada regular como segundo, sólo por detrás del Sant Andreu de Joan Gaspart.
Como subcampeón el Poli Ejido iba a ser su primer contrincante en el objetivo de acceder a la segunda categoría del fútbol español. La ida en Santo Domingo fue una auténtica locura, y el 3-3 con el que acabó el partido dejaba todo por resolver para el Mini Estadi. Un gol de Jonathan Soriano hizo inservible el logrado por Regal, dando el pase a los catalanes al siguiente duelo, donde esperaba el Jaén.
Tras el empate a cero de la Nueva Victoria, otra vez los blaugranas debían decidir la eliminatoria en casa. Los pupilos de Luis Enrique no quisieron dar ninguna opción a los andaluces, y Jonathan y Thiago sentenciaron el pase de los suyos al enfrentamiento decisivo para retornar a la Liga Adelante.
Curiosamente allí les esperaba el Sant Andreu, al que dejaron en la cuneta haciendo valer el 1-0 de la ida firmado nuevamente por Soriano.
Tras un largo año por fin el Barça B retomaba el lugar que por trayectoria e historial le correspondía.
Luis Enrique afrontaba un doble reto en la temporada que está a punto de terminar: por un lado debía suministrar futbolistas al primer equipo, y por otro competir en una categoría complicada como la Liga Adelante.
Un reto complicado que no ha podido tener una mejor respuesta: el filial culé puede firmar el próximo fin de semana un histórico tercer puesto, a la vez que jugadores como Thiago, Jonathan Dos Santos, Fontás o Bartra han tenido la oportunidad de jugar en el mejor equipo del mundo en los últimos años.
Tras anunciar su adiós a Can Barça, el futuro del asturiano parece lejos de la Ciudad Condal. Después de sonar para el Atlético de Madrid, su nombre se relaciona ahora con fuera a la Roma, donde podría suplir a otro ex-futbolista, Vincenzo Montella.
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