El hombre que se hizo famoso mundialmente por su besos en la calva a Barthez en Francia 98 se retiró en 2003 tras una más que provechosa trayectoria entre su Francia natal, Italia, España e Inglaterra. Precisamente en las Islas Británicas vivió su última temporada, enrolado en las filas del Manchester United, en la 2002-2003.
Con dotes de mando en el campo, sin embargo hubo que esperar cuatro años para que se decididera a hacerse cargo de un banquillo. Fue el Girondins de Burdeos el que le encomendó devolver al club a la élite del fútbol francés.
Debía sustituir en el cargo a Ricardo Gomes, que en su temporada de despedida fue eliminado a las primeras de cambio en Champions, suceso que se repitió tras verse relegado a disputar la Copa de la UEFA. No le fue mucho mejor al equipo del brasileño en liga, donse sólo pudo acabar sexto, fuera de posiciones europeas. Sólo la Copa de la Liga ganada al Lyon maquilló un pobre año, y permitió a los "girondinos" asomarse a las competiciones continentales.
Con este panorama Blanc tenía mucho margen de mejora, y con la tripleta Cavenaghi, Bellion y Wendel, se alzaron con el subcampeonato por detrás del Lyon de Alain Perrin, consiguiendo plaza de Champions. Lo peor llego en la Europa League, donde los franceses fueron apeados por el Anderlecht en dieciseisavos.
Poco a poco iba ganándose un prestigio, que se acrecentó en el enésimo enfrentamiento con el Lyon, que se saldó con la victoria del Girondins en la Supercopa que inauguraba la temporada 2008-2009.
Pintaba bien la cosa, al igual que en liga, pero en Champions la cosa era bastante diferente, y los galos caían en el grupo A, donde no podían hacer frente a Chelsea y Roma. El "castigo" era jugar la Europa League, aunque a las primeras de cambio el Galatasaray les dejaba fuera.
A finales de febrero sólo quedaban opciones en Copa de la Liga, toda vez que en liga seis puntos les separaban del liderato ocupado por el Lyon. Sin embargo, en un sprint final increible los de Blanc levantaban el tofeo liguero, completando el triplete con la victoria ante el modesto Vannes en la Copa de la Liga.
Ese año triunfal significaba una nueva oportunidad en Champions, aunque el verano se iniciaba con la segunda Supercopa ante el Guingamp.
Tras esa victoria había que afrontar la competición doméstica, donde los blanquiazules se mantuvieron arriba hasta las últimas siete jornadas, cuando se descolgaron para finalizar sextos, fuera de Europa por primera vez con Blanc en el banquillo.
Puede que en ese bajón influyera el tránsito europeo, donde los franceses fueron avanzando hasta encontrarse, para variar, con el Lyon en cuartos.
Era el último clavo para los "girondinos", a los que ya se les había escapado una nueva Copa de la Liga tras ser derrotados por el Olympique de Marsella.
El pasado verano parecía acabar su ciclo en Burdeos, y se empezó a relacionar su nombre con varios clubes, entre ellos el Sevilla. No fueron más que rumores, ya que la debacle de la Francia de Raymond Domenech en el Mundial de Sudáfrica le dejó como candidato ideal para dirigir a los "bleus".
Se hizo cargo de la selección francesa en julio de este año, después de que la Federación francesa llegara a un acuerdo con el Girondins. A principios de julio fue confirmado como seleccionador, y su primera decisión fue dejar fuera temporalmente a los 23 futbolistas que habían acudido a Sudáfrica. El 11 de agosto se estrenó en el cargo con una derrota ante Noruega por 2-1 en amistoso, aunque su peor momento llegó tres semanas después, al caer en casa frente a Bielorrusia en el estreno de la clasificación para Polonia y Ucrania 2012.
Poco a poco ha recompuesto la situación, y ahora mismo los franceses lideran el grupo D con un punto de ventaja sobre Bielorrusia y cinco sobre Albania.
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