Formado en la cantera del Beitar Jerusalén, ciudad a la que se mudó cuando era niño desde Haifa, Ohana se convirtió en todo un símbolo de ese club durante siete años. Su espectacular técnica le permitió abandonar su país para jugar primero en Bélgica, y después en Portugal. Repatriado a Israel en 1991, volvió a vestir la camiseta de los capitalinos durante ocho temporadas más, retirándose con casi 150 goles en su haber.
En la selección hebrea también dió claras muestras de su instinto asesino, marcando 17 dianas en el medio centenar de encuentros internacionales que disputó.
Su visión de juego hizo que se decantara por seguir ligado al fútbol desde el área técnica, y ya en su última campaña en activo (la 1998-1999) actuó como asistente de Dror Kashtan.
Al año siguiente le llegó la posibilidad de hacerse cargo del banquillo, y no lo hizo nada mal: finalizó sexto en liga y alcanzó la final de Copa.
De Jerusalén saltó a Tel Aviv para dirigir al Bnei Yehuda, aunque tuvo que renunciar una vez confirmado el descenso de los "dorados" a la Liga Leumit.
Pese a ese fracaso no estuvo en el paro mucho tiempo, firmando por el Maccabi Petah Tikva en 2001. Sin embargo, después de siete partidos fue despedido y se reincorporó a Bnei Yehuda, el mismo club que llevó al descenso del año anterior. Esta vez fue capaz de guiarlos a un dramático regreso a la Liga Premier de Israel.
Ese aval y la insistencia de los aficionados hizo que volviera al Beitar en 2003. Allí se quedaría durante tres temporadas, logrando el billete para disputar la Copa Intertoto en la segunda de ellos. No pasó de la primera eliminatoria, y la posterior adquisición del club por el multimillonario Arcadi Gaydamak terminó por provocar su renuncia, impidiéndole acabar su tercer año en el banquillo del equipo de su vida.
Ese suceso hizo que volviera a una entidad más modesta, haciéndose cargo del Hapoel Kfar Saba, al que salvó del descenso, lo que le valió el título de entrenador del año. No pudo repetir éxito en la 2007-08, consumándose la pérdida de categoría de los suyos.
El 18 de junio 2008 daba un paso más en su trayectoria al hacerse cargo de la selección sub-19 de Israel, y en ese puesto se mantuvo hasta que nuevamente Dror Kashtan, el hombre con el que se inició en los banquillos, volvió a cruzarse en su camino.
Kashtan dejó el cargo después de que Israel acabase cuarta de su grupo de su grupo de clasificación para el Mundial, y eso provocó que Ohana ocupara el cargo de forma temporal, guiando al equipo en la victoria sobre Rumanía en un amistoso celebrado a principios de marzo del año pasado.
Tras esta incursión se rumoreó con que podía hacerse cargo del puesto de forma estable, pero la contratación de Luis Fernández acabó con esa posibilidad. En la actualidad sigue ligado a la Federación israelí, formando a los jóvenes valores antes de dar su salto al combinado nacional absoluto.
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