miércoles, 16 de marzo de 2011

Manolo Jiménez



Diez años después de arrancar su trayectoria como entrenador, pocos hubieran imaginado la fulgurante carrera que iba a protagonizar defensa que defendió durante casi quince años la camiseta de Sevilla. En 1997 Jiménez abandonaba el Pizjuán para dar sus últimas patadas al balón en el Real Jaén, pero no tardó en volver a su hogar futbolístico.
De la mano de Roberto Alés, por entonces presidente del Sevilla, desembarcaba en el filial hispalense como máximo responsable. El ex-defensa respondió a esa confianza de la mejor forma posible, consiguiendo a la primera el ansiado retorno a la Segunda División B.
Fue el primer paso de un gran trabajo en el Sevilla Atlético, ya que consiguió clasificar al filial para cuatro liguillas de ascensos de forma consecutiva, llegando a dos de ellas como campeón del grupo IV de la categoría de bronce del cine español.
Tras varios fracasos, los sevillistas dieron en el clavo en la 2006-2007. El 24 de junio de 2007 una victoria conseguida en la prórroga frente al Burgos por 1-0 con gol de Lolo metía a los hispalenses en la Segunda División.
De ese modo iniciaba su séptima temporada al frente del filial sevillista. Tras la disputa de la novena jornada, en la que los franjirrojos derrotaron al Elche (2-1) y se colocaron cuartos, todo cambió de la noche a la mañana para nuestro protagonista. La sorprendente marcha de Juande Ramos al Tottenham a finales de octubre hacía que José María Del Nido pensara en este técnico para ocuparse del banquillo del primer equipo.
Tal era la confianza en Jiménez que la directiva decidió firmarle un contrato de dos años. Incluso Del Nido llegó a comparar al de El Arahal con Wenger, una más de las famosas bravatas del máximo dirigente sevillista.
Su labor se vió rodeada de dudas desde el principio, pero lo cierto es que mejoró los números de su predecesor y acabó quinto. En su debe estuvo su irregular rendimiento en Champions y Copa del Rey, donde Fenerbahce y Barça acabaron con las expectativas andaluzas.
Las críticas aumentaron en su segunda temporada, donde el Sevilla no pasó de la fase de grupos de la Europa League y fue apeado de la final de la Copa del Rey por el Athletic. Sin embargo, tras dejar al equipo en tercer lugar y lograr plaza para la Champions, el 26 de mayo del 2009 su contrato quedó renovado por un año mas.
De este modo encaraba su tercera campaña en el Pizjuán. Los de Jiménez dieron su mejor cara en la Champions, acabando líderes del grupo por delante de Stuttgart, Unirea y Glasgow Rangers, y en liga, donde despidieron 2009 sólo por detrás de Barça y Real Madrid.
2010 no trajo buenas noticias para su equipo, que se fue desinflando en la competición doméstica y cayó en octavos de final de la Liga de Campeones ante el CSKA de Moscú. La puntilla llegó el 23 de marzo del 2010, cuando un empate ante el Xerez provocó su cese y sustitución por un antiguo compañero, Antonio Álvarez.
El despido hizo que iniciara la nueva temporada alejado de los banquillos, matando el gusanillo realizando labores de comentarista para Canal Sur para los partidos de Champions. Sin embargo, El 7 de octubre del año pasado abandonaba las listas del paro al ser confirmado como nuevo entrenador del AEK de Atenas. Jiménez firmaba por lo que quedaba de temporada y otra más, y tenía la misión de mejorar los números de Dusan Bajevic. El 17 de octubre tuvo lugar su debut oficial con el equipo ateniense en la Superliga, venciendo claramente al Aris a domicilio (0-4), lo que provocó que el andaluz acaparara portadas en la prensa griega.
Fue en la competición continental donde llegaron las malas noticias, con la eliminación en la fase de grupos de la Europa League. Sin embargo, su buen rendimiento en liga, donde el AEK es tercero tras Olympiakos y Panathinaikos, y la presencia de los suyos en semifinales de Copa hacen prever un futuro más que brillante para este exiliado futbolístico.

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