El polaco más navarro marcó toda una época en Osasuna antes de jugar en otros equipos de nuestro país y cerrar el círculo en el mismo club en el que empezó, el Gornik Zabrze, en 1998. Dejaba atrás 57 internacionalidades, 7 goles y una participación en el Mundial de México 1986.
Como no podía ser de otro modo, tras colgar las botas decidió volver a Pamplona e irse acercando al mundo de los banquillos. Empezó con el equipo juvenil, primero como asistente y luego como entrenador del equipo de la División de Honor, con el que se proclamó campeón de liga en 2001 al derrotar en la final por la mínima al Atlético de Madrid, un éxito sin precedentes en la historia del fútbol base de la entidad navarra.
Ese éxito le llevó a dirigir el Osasuna Promesas durante las temporadas 2003/04 y 2004/05, antes de pasar a los despachos para formar parte de la secretaría técnica del club rojillo. Allí permaneció hasta que en el verano de 2007 recibió una oferta para dirigir a uno de los clásicos de su país, el Legia Varsovia.
Su debut no fue afortunado, ya que su equipo quedó eliminado de forma sorprendente en la Copa Intertoto por el Vetra lituano. La cosa fue mejor en liga, donde el Legia fue subcampeón detrás del Wisla Cracovia, aunque el mayor éxito llegó en la final de Copa, que los "militares" le arrebataron al campeón liguero. En ese período también asistió a Leo Beenhakker en la selección polaca.
Otra vez Europa se le atragantó a los de Urban, que tras eliminar al FK Gomel bielorruso cayeron ante el FK Moscú en la segunda ronda previa de la Europa League.
En la Ekstraklasa los capitalinos no empezaron bien, pero a partir de ahí encadenaron nueve jornadas para ponerse como líderes. Un mal final de la primera vuelta les alejaron de la cabeza, pero a poco se recompusieron para volver a ponerse primeros a falta de cuatro jornadas.
Legia y Wisla iban a jugarse gran parte de sus opciones de título en un duelo directo, y un solitario gol de Marcelo produjo el cambio de liderato. Dos victorias y un empate final no fueron suficiente para arrebatar el cetro nacional al Wisla.
Su tercera temporada supuso repetir decepción continental, cayendo por el valor doble de los goles a domicilio frente al Brondby danés. Otra vez tuvo que buscar consuelo en la competición nacional, aunque poco a poco fue perdiendo fuelle, llegando al parón invernal con cinco puntos de desventaja.
En el regreso de la competición ganó al Cracovia, pero dos derrotas consecutivas en liga y en la ida de cuartos de Copa provocaron su destitución el 17 de marzo del año pasado.
Estuvo en el paro hasta que el 25 de octubre firmó por el Polonia Bytom, que estaba acechado por el descenso. No tuvo mucho tiempo para demostrar sus cualidades, ya que abandonó el club coincidiendo con el parón invernal.
2011 supuso un cambio en su vida, ya que hace apenas dos semanas se comprometía con el Zaglebie Lubin, que hace cuatro años ganó la liga. Con once jornadas por disputar todo puede pasar, ya que su equipo está a cinco puntos del descenso, pero sólo a seis del cuarto puesto.
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