miércoles, 1 de junio de 2011

Robert Prosinecki



Este croata nacido en Alemania es todo en caso dentro del fútbol europeo de los años noventa. Figura rutilante del Estrella Roja campeón de Europa en 1991, su fichaje y posterior fracaso en el Real Madrid hizo que corrieran ríos de tinta sobre su fragilidad física y sus poco saludables costumbres.
Recuperado para el fútbol en Oviedo, todavía le dió tiempo a coger el "puente aéreo" para vestir la camiseta del Barça y apurar sus últimos años en activo jugando hasta en siete equipos distintos antes de colgar las botas en el verano de 2004.
Dejaba atrás un buen palmarés, tanto a nivel de clubes como de selección, pero lejos del que se auguraba teniendo en cuenta su talento. En su haber, sin embargo, ostenta el honor de ser el único jugador en marcar con dos selecciones distintas en el Mundial, en su caso Yugoslavia y Croacia.
Tras un par de años donde fue noticia por alguna incursión en el mundo de la publicidad, en 2006 volvía a la actualidad futbolística tras anunciarse un fugaz retorno en las filas del modesto NK Savski Marof y confirmarse su nombramiento como asistente de Slaven Bilic en la selección croata.
Con el combinado balcánico vivió la alegría de clasificarse para la Eurocopa de 2008 en Austria y Suiza, donde los "vatreni" cayeron en cuartos ante Turquía tras firmar una espectacular fase de grupos, y la decepción de quedarse a las puertas de lograr el billete para la Copa del Mundo celebrada el verano anterior en Sudáfrica.
Tras cuatro años de aprendizaje, el 9 de diciembre pasado se anunciaba su sorprendente fichaje por el Estrella Roja. En Belgrado apenas hubo reticencias a la incorporación de la antigua estrella rojiblanca al banquillo del Pequeño Maracaná, pero no se puede decir lo mismo en Croacia, donde las heridas de la guerra civil siguen abiertas.
La directiva apostaba por Prosinecki en medio de una grave situación económica y deportiva, ya que en los últimos años no había sido capaz de ganar la liga y en ese momento tenía cinco puntos menos que el Partizan, su gran rival.
Se aprovechó el parón invernal para que el croata sustituyera a Aleksandar Kristic. Con tres meses por delante el nuevo entrenador prometió dedicar 24 horas al día al club, y eso pareció traducirse en resultados. Un gol de Cadu dió la primera victoria de la nueva etapa, a la que siguieron siete más hasta empatar en la cabeza del campeonato con el Partizan.
Con ese panorama se llegaba al duelo de Belgrado, donde la "Estrella" pretendía vengar la eliminación en semifinales de Copa y auparse al primer puesto liguero.
Un solitario gol del ghanés Prince Tagoe otorgó el triunfo al Partizan, que aumentó su renta hasta los seis puntos en el final de la Super Liga.
De todas formas no se puede considerar un mal estreno para un técnico novato. Este verano Prosinecki y los suyos deberán seguir con su recuperación para que un club como el Estrella Roja recupere el lugar que le corresponde, tanto en Serbia como a nivel europeo.

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